Está demostrado que la información que recibimos de forma visual es más efectiva, ya que las imágenes crean un efecto inmediato en nuestro cerebro y permanecen más tiempo en nuestra memoria. Tendemos a escuchar que el contenido es fundamental -y en cierta medida es verdad-, pero el mensaje no llegará tan lejos sin un buen diseño. Algunos estudios demuestran que los contenidos con diseños bonitos consiguen llegar a su público un 228% más que aquellos que presentan diseños menos atractivos.

De este modo, el papel que ejercen los diseñadores es muy importante para lograr que nuestra imagen corporativa transmita confianza y credibilidad, y conseguir que nuestros productos y servicios lleguen a nuestro público objetivo de manera más efectiva y atrayente.

Con el auge de las redes sociales y el desarrollo de las TIC, el diseño gráfico se ha democratizado y es un elemento al alcance de todo tipo de empresas, desde las pymes hasta las grandes multinacionales. Además, también han aumentado las expectativas con respecto al diseño, ya que los usuarios esperan que los productos sean intuitivos, fáciles de usar y que causen experiencias positivas y gratificantes.

Invertir en un buen diseño es apostar por el éxito de tu marca. El entorno actual está sobresaturado de mensajes, por lo que es importante apoyarte en el diseño para conseguir diferenciarte y destacar de la competencia. Es necesario dedicar tiempo a determinar el mensaje que queremos lanzar, pero también cómo vamos a hacerlo y qué imagen va a tener nuestra comunicación para conseguir alcanzar el mayor impacto.

 

¿Qué debe caracterizar un buen diseño?

  • Tiene que ser atractivo.
  • Tiene que ser funcional, fácil y simple.
  • Debe generar confianza.
  • Debe reforzar el mensaje.
  • Debe aportar visibilida.
  • Tiene que ser comprensible por el público objetivo.
  • Debe estar en consonancia con los objetivos de tu negocio.